top of page
1560419348894_edited.jpg

La esperanza de los pobres nunca se frustrará.

Mensaje del Santo Padre Francisco
III Jornada Mundial de los Pobres
(17 de noviembre de 2019)

El 13 de junio de 2019 se publicó el Mensaje para la Jornada de los Pobres, un acontecimiento de creciente importancia en la agenda eclesial, un grito de dolor siempre dramático. "Todos los días nos encontramos con familias que se ven obligadas a abandonar sus tierras para buscar formas de subsistencia en otros lugares; huérfanos que han perdido a sus padres o que han sido separados violentamente de ellos por una explotación brutal; jóvenes en busca de una realización profesional que no pueden acceder al trabajo debido a políticas económicas miopes; víctimas de muchas formas de violencia, desde la prostitución hasta las drogas, y humillados en lo más profundo de su ser. ¿Cómo olvidar, además, a los millones de inmigrantes que son víctimas de tantos intereses ocultos, a menudo explotados con fines políticos, a los que se les niega la solidaridad y la igualdad? ¿Y muchas personas sin hogar y marginadas que vagan por las calles de nuestras ciudades?

​

Ante este desafío, la responsabilidad se hace cada vez más urgente, para cada creyente y para cada hombre o mujer de buena voluntad. Es imposible mirar hacia otro lado. Esto implica opciones personales y globales; necesitamos una distribución más equitativa de los recursos a nivel planetario, pero también necesitamos opciones éticas en la vida diaria de cada uno. Tenemos que comprometernos a nivel económico y político con las nuevas reglas internacionales, pero tenemos que mirar a los ojos de los pobres con los que nos encontramos, compartir con ellos un trozo del camino, "acercarnos" a cada persona en dificultad. Pero esta responsabilidad, nos recuerda el Papa Francisco, no se quedará sin fruto, porque, como dice el título elegido para la Jornada Mundial de los Pobres 2019, "la esperanza de los pobres nunca será defraudada". No tanto porque seremos buenos, eficientes, coherentes, capaces de cambiar las reglas del mundo. Pero sólo porque, como recuerda el mensaje, "la esperanza de los pobres se fortalece con la certeza de ser acogidos por el Señor, de encontrar en él la verdadera justicia, de ser fortalecidos en el corazón para seguir amando". Nos corresponde a nosotros nunca dejar de "sembrar semillas tangibles de esperanza". Y así convertirnos en instrumentos y oportunidades para la paz, la solidaridad y la promoción de la dignidad de cada ser humano. 

Francesco Belletti, Direttore CISF

bottom of page