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Un nuevo estudio explora más a fondo el impacto del orden de nacimiento en las personalidades

Una nueva investigación analiza los mitos y teorías que prevalecen en varios estudios sobre

el "efecto primogénito" y explora posibles explicaciones.

Según un reciente estudio sueco, los primogénitos tienen rasgos de personalidad más positivos, incluyendo apertura a nuevas experiencias, conciencia, extroversión, amabilidad y mayor estabilidad emocional que sus hermanos nacidos más tarde. Como resultado, es más probable que se conviertan en directores generales y gerentes superiores, mientras que los niños nacidos más tarde, a quienes les gusta correr riesgos, a menudo terminan trabajando por cuenta propia. Los primogénitos tienden a poseer características psicológicas relacionadas con el liderazgo, incluyendo la responsabilidad, la creatividad, la dedicación y la perseverancia. También es más probable que tengan mayores habilidades académicas y niveles de inteligencia que sus hermanos menores. Se cree que estas cualidades hacen que los primogénitos sean más eficientes. El "pequeño" de la familia, por otro lado, es más propenso a tomar riesgos, a rebelarse, a mostrar un comportamiento adictivo y carente de independencia que sus hermanos mayores. Hay dos explicaciones que podrían justificar este "efecto primogénito". Desde un punto de vista evolutivo, los padres favorecen e invierten en el primogénito para aumentar sus posibilidades de supervivencia y reproducción. Pero esto tiene un costo, porque el padre ya no puede invertir la misma cantidad de recursos en la descendencia nacida más tarde. Los hermanos menores deben por lo tanto competir por estos recursos limitados, así como las atenciones de los padres. Pero los niños que nacen en último lugar suelen recibir un trato preferencial. Esto se debe a que los padres tienen la última oportunidad de invertir sus recursos. También son mayores y tienden a tener más dinero en este momento de sus vidas. Es más probable que los padres inviertan en educación que los hijos nacidos en último lugar. Las expectativas de los padres también podrían explicar los rasgos de personalidad más favorables entre los primogénitos. Es decir, los padres tienden a ser más estrictos en su educación con el primogénito. Los padres también fomentan la severidad porque los primogénitos deben servir como modelos de conducta (y padres sustitutos) para sus hermanos menores.


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