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Emergencia, crisis familiar y desnaturalización de SOS, "La Iglesia siempre hará su parte.

Frente a los datos publicados por el ISTAT y el análisis del informe de la CISF hay una realidad eclesial que no se rinde.



La familia está en dificultades, demasiado a menudo ignorada por la política. Y la crisis de los nacimientos es una de las consecuencias más peligrosas.


"La Iglesia siempre desempeñará su papel y será siempre aliada de quienes apoyan a la familia", dijo el Cardenal Gualtiero Bassetti, presidente del CEI, en la entrevista publicada ayer por Avvenire. Un pasaje importante para subrayar que, también a la luz de la fotografía despiadada que ha surgido en estos días en rápida sucesión de al menos tres fuentes autorizadas - Istat, Cisf, Lancet - la comunidad eclesial no tiene la intención de retroceder en su compromiso con la evangelización de la familia. Y cuando hablamos del "Evangelio de la familia" no sólo nos referimos a todo lo que concierne al enfoque pastoral y catequético, sino a una gama muy amplia de intervenciones educativas y sociales.

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Decenas de miles de personas han hecho del compromiso social y educativo de la familia, en sus múltiples formas, una razón de vida y una forma privilegiada de vivir el compromiso misionero en apoyo de las muchas debilidades domésticas.

Para todas estas realidades que, en diversos ámbitos, remiten a la nueva doctrina social trazada por el Papa Francisco en Amoris laetitia, la crisis de la familia y la emergencia denatal documentada en estos días, de manera precisa y despiadada, por estadísticas, análisis y proyecciones, son preocupantes pero no desorientadoras. Si en el Informe Cisf 2020 se ha fotografiado la fragmentación e hibridación de la familia, con el avance de una post-familia de perfil variable, no hay que olvidar lo que ya había surgido en el doble Sínodo sobre la familia 2014-2015. "A partir de las reflexiones sinodales, queda no un estereotipo de familia ideal - escribe el Papa Francisco (AL 57) - sino un mosaico cuestionador formado por muchas realidades diferentes, llenas de alegría, dramas y sueños".

¿Podría ser que las muchas caras de la post-familia correspondan, al menos en parte, al "mosaico interrogante"? Porque, de ser así, es precisamente ante estas nuevas perspectivas que el compromiso debe ser duplicado, a la luz de lo que el Papa siempre explica en el mismo pasaje de la Exhortación Postsinodal: "Las realidades que nos preocupan son desafíos. No caigamos en la trampa de agotarnos en lamentaciones de autodefensa, en lugar de estimular la creatividad misionera". 



Pero "sin hacer de la familia un eslogan electoral", dijo el Cardenal Bassetti entre otras cosas. Y sabiendo que no son sólo las intervenciones estatales las que cambiarán el destino de una realidad que ha cambiado profundamente en el curso de la historia y que volverá a cambiar.

La "crisis de la civilización" mencionada por el presidente de los obispos italianos puede transformarse en un punto de inflexión cultural capaz de hacer frente a las incertidumbres y preocupaciones del presente, transformándolas en una gran ocasión de renacimiento. Es la gran tarea de todo el movimiento familiar que sigue creyendo que los valores del matrimonio, la generatividad y la familia representan un bien al que ninguna sociedad puede renunciar.


Fuente: Avvenire

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