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"El amor se alegra de ver crecer a los demás"

Mensaje de Cuaresma de Monseñor Pierre Cibambo, consejero eclesiástico de Cáritas Internationalis, a la confederación Cáritas



"He aquí que subimos a Jerusalén" (Mt 20,18)


Jerusalén es el lugar donde Jesús fue rechazado y asesinado por quienes querían mantener su poder. También es el lugar donde Jesús nos mostró el verdadero significado de su misión y nos invitó a seguirle en el amor y el servicio.


Al iniciar juntos nuestro viaje cuaresmal a Jerusalén, nos vemos obligados a ver dónde tenemos que soltar nuestro poder mundano para poder tender la mano y permanecer juntos como Cáritas y como familia humana.


Repitiendo las palabras del Papa Francisco: "¡Nadie se salva solo!".


Se burlaron de Jesús porque no respondió a la injusticia ejerciendo un poder físico y terrenal: "¡Salvó a otros pero no puede salvarse a sí mismo!" Se entregó por nosotros en un acto de amor radical y confiado que parece muy alejado de lo que cualquiera de nosotros está dispuesto a ofrecer en este tiempo de miedo y pandemia.


En Cáritas, estamos llamados a dar la vida no con la muerte, sino con actos sencillos y concretos de altruismo y generosidad inspirados en este acto radical de amor. Cada día estamos llamados a dejar de preocuparnos por nosotros mismos y entregarnos con ternura, compasión y cuidado a nuestros hermanos que sufren y son marginados.





"En este tiempo de conversión, renovemos nuestra fe, tomemos el agua viva de la esperanza y recibamos con el corazón abierto el amor de Dios, que nos hace hermanos en Cristo", dice el Papa Francisco en su mensaje de Cuaresma.


Cuando me siento débil y demasiado humana, miro a mi alrededor y veo los muchos rostros de "caritas" en todo el mundo y me siento reconfortada y estimulada en mi camino. La inspiración y el poder de estos actos de amor en nuestro mundo me recuerdan que no estoy sola y que la fe, la esperanza y la caridad siguen vivas incluso en los tiempos más oscuros.


El Santo Padre nos recuerda que la Cuaresma es el tiempo de la esperanza. Es esta esperanza que alimentamos juntos la que nos ayuda a creer que "la historia no termina con nuestros errores, con nuestra violencia e injusticia, ni con el pecado que crucifica al Amor". Significa recibir del corazón abierto de Jesús el perdón del Padre".


Unidos a ti en tu viaje cuaresmal en la fe, la esperanza y el amor.


Suyo en Cristo,


Monseñor Pierre Cibambo


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