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La vejez: nuestro futuro

El nuevo documento de la Pontificia Academia para la Vida



El 9 de febrero de 2021, la Academia Pontificia para la Vida, de acuerdo con el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, publicó el documento La vejez: nuestro futuro. El estado de los ancianos tras la pandemia.


Desde que la pandemia envolvió al mundo, las personas mayores han sido las más afectadas a nivel internacional. Si, por un lado, esto se debe a la fragilidad inherente a la vejez y a las patologías que la acompañan, por otro, el elevado número de víctimas no puede dejar de plantear la cuestión de repensar todo el modelo de atención, que parece necesario corregir más allá de los límites de los Estados individuales.


El nuevo documento que presenta la Academia Pontificia, de acuerdo con el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, pretende subrayar la urgencia de una profunda reflexión que lleve a repensar el modelo de atención a los ancianos, para que el centro de atención de las políticas sanitarias y sociales sea la persona y su situación. Parte del deseo de todo hombre y mujer de vivir la última temporada de la vida acompañados y apoyados por sus familias y situados en un hábitat adecuado para vivir los días de una vejez tranquila.


El texto de la Academia propone el concepto de continuidad asistencial en el que la persona puede ser atendida por un sistema de bienestar en el que la familia se apoya en nuevos e innovadores modelos integrados de atención: atención domiciliaria, "vida asistida", personal sanitario "de proximidad", nuevos modelos de hogares familiares y de convivencia, servicios prestados en el domicilio para facilitar la estancia en el mismo. Las estructuras actuales que albergan a los ancianos han constituido ciertamente una propuesta de acogida en respuesta a una demanda y a una necesidad real, y muchas instituciones dirigidas por religiosos, dentro del mundo de la Iglesia, han sido un verdadero apoyo para muchos en los momentos de debilidad. Pero hoy debemos iniciar un debate franco y serio sobre la eficacia y la viabilidad de los nuevos modelos de acogida.



Con este documento, la Pontificia Academia para la Vida retoma la reflexión ya iniciada con la Nota del 30 de marzo de 2020 (Pandemia y Fraternidad Universal), continuada con la Nota del 22 de julio de 2020 (L'Humana Communitas nell'era della Pandemia. Reflexiones desfasadas sobre el renacimiento de la vida) y con el documento conjunto con el Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral (Vacuna para todos. 20 puntos para un mundo más justo y saludable) del 28 de diciembre de 2020. La intención es proponer el camino de la Iglesia, maestra de la humanidad, a un mundo cambiado por Covid19, a mujeres y hombres en busca de sentido y esperanza para sus vidas.


Una renovada atención, a la que el Papa Francisco llama a todos, hacia los ancianos y su relación con los nietos y las nuevas generaciones, deberá llevar a repensar el cuidado de cada hombre y mujer que recibe la gracia de la bendición de una larga vida. No es bueno separar a los niños y jóvenes del contacto continuo con sus padres y abuelos. Una sociedad que produce una "cultura del despilfarro" necesita la profecía de la Iglesia que, en su sabiduría, indica el camino de la comunión y la proximidad entre las generaciones que se suceden, para que nadie quede solo y abandonado y para que los jóvenes aprendan que la fragilidad es un talento y una riqueza.


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