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Pandemia de COVID-19, desigualdades y familia

Aloysius John, Secretario General de Caritas Internationalis



La pandemia de coronavirus está afectando a la vida de todos y su experimentación difiere enormemente según la edad, la composición de los hogares, el nivel de ingresos y la ubicación geográfica. Es probable que la pandemia exponga y amplíe las desigualdades existentes, creando nuevas formas importantes de vulnerabilidad y penuria, especialmente entre las familias más pobres y vulnerables que ya vivían en condiciones precarias.


La pandemia ha ampliado las divisiones sociales y económicas, lo que ha dado lugar a una desigualdad económica para las familias de bajos ingresos y las familias más pobres y vulnerables. El distanciamiento social y el confinamiento han dificultado el mantenimiento de prácticas presupuestarias rutinarias para la gestión con ingresos bajos, especialmente para los que se encuentran en situaciones precarias. En Venezuela –y esta es solo una de las historias de serias dificultades recogidas por Cáritas– Rosa, una empleada de una clínica sanitaria, no tiene más remedio que arriesgar su vida para poder mantener a su hija y a sus cinco nietos que viven con ella.


Las familias están pasando por un momento estresante que incluye el aislamiento. En muchas de las familias más pobres, en las que el encuentro social es un factor clave para la vida en sociedad, el distanciamiento social ha dado lugar a esta falta de contacto social vital con los demás, lo que provoca aislamiento y, en algunos casos, ansiedad y depresión. María Domínguez, una migrante acogida en un centro para migrantes en Johannesburgo, dijo: “No poder conocer a las otras mujeres para compartir y hablar con ellas fue una experiencia dolorosa y el aislamiento impuesto por el confinamiento realmente me causó ansiedad”.


En algunas familias, el hecho de que la propia madre estuviera nerviosa afectaba a los hijos, que sienten el estrés de los padres. Muchos casos de niños que tienen sentimientos de ansiedad debido a todos los cambios que están experimentando son hechos que se han observado y que también deben tenerse en cuenta. El estrés prolongado puede tener un efecto en el desarrollo del niño y esto debe abordarse mediante un acompañamiento psicosocial para ayudar a combatir el impacto negativo del estrés y la ansiedad.


Uno de los principales impactos indirectos de la pandemia de COVID-19 se da en las familias de bajos ingresos de Occidente y en las familias más pobres de los países más pobres. Debido al cierre y a las medidas de prevención adoptadas para protegerse contra la pandemia, cientos de miles de familias han perdido sus empleos y se han visto sumidas en condiciones económicas precarias. En la India, Savariamma dijo: “Trabajaba en un restaurante y ganaba para la familia unos ingresos de 600 rupias al mes, pero desde el confinamiento, no puedo ir a trabajar y soy el único sostén de toda la familia. Hoy estamos pidiendo prestado y recibiendo comida de la Cáritas Diocesana”. Esta es la condición en la que viven millones de personas en todo el mundo.


En el caso de las familias que dependen del trabajo por horas, viven sin medios y no tienen otras posibilidades que no sea la de verse obligados a hacer cola para obtener su paquete de comida de los bancos de alimentos u otras formas de actividad de emergencia. Por este motivo, Caritas Internationalis ha creado el Fondo de Respuesta COVID-19, que tiene por objeto proporcionar principalmente asistencia alimentaria y también artículos básicos para la higiene personal, al tiempo que promueve la sensibilización sobre la pandemia.


En muchos países de África y América Latina, donde la pandemia no ha afectado a la población tan gravemente como en Europa y Estados Unidos, las familias se enfrentan a la dificultad de adquirir artículos alimentarios básicos debido al aumento de los precios. Dado que la cadena de suministro se interrumpió y se vio completamente afectada, hay escasez de productos básicos y los precios no están controlados. Por lo tanto, debido a los limitados fondos del presupuesto familiar, para las personas más pobres es imposible conseguir alimentos básicos. Esto conlleva una gran desigualdad creada por el alto coste de la vida.

El impacto del Coronavirus ha agravado la desigualdad, y la desigualdad ha empeorado la propagación de la pandemia. Cuando el virus golpeó a las sociedades, intensificó las consecuencias de la desigualdad, y los perdedores son los más pobres de las economías y mercados laborales polarizados de hoy en día. En muchos casos, como en la India y Sudáfrica, las familias de los estratos económicos más bajos fueron las más expuestas estuvieron a contraer la enfermedad. En Mumbai, las víctimas estaban entre las familias más pobres y de bajos ingresos. Y, si escapaban del virus, seguían siendo víctimas del impacto económico y de la atención sanitaria como resultado de la cuarentena y otras medidas. Las medidas preventivas fueron más beneficiosas para las comunidades más ricas, creando así una desigualdad entre las familias antes del virus.


Uno de los principales peligros para la futura situación posterior a la pandemia es el alto nivel de desigualdad que puede estar actuando como vector y multiplicador de la propagación de la pandemia y sus graves repercusiones en las familias, especialmente las más pobres que viven en condiciones difíciles. Las condiciones de pobreza y desigualdad contribuyen a exacerbar la propagación de la pandemia.


Para abordar este problema, Cáritas India está organizando actividades de sensibilización para las familias más pobres, con el fin de concienciarlas sobre los peligros de la pandemia y la manera de protegerse contra ella. Se les da formación y se les acompaña para que mantengan un cierto nivel de higiene en sus zonas de residencia.


La pandemia de COVID-19 también está teniendo un efecto significativo en los puestos de trabajo con alto índice de empleo femenino, como los restaurantes y la hostelería. Esto se ve afectado cuando ambos padres trabajan desde casa. A menudo se espera que las mujeres se encarguen más de la gestión del hogar, especialmente si hay niños, para crear un mejor ambiente de trabajo para sus maridos o pareja masculina. En el caso de las madres solteras, deben ocuparse de las demandas de cuidado ellas solas. La pandemia indica claramente que el cuidado de los niños se ve afectado cuando nuestro sistema económico no funciona, y la consecuencia es que las mujeres se verán especialmente sobrecargadas, lo que dará lugar a desigualdades.



Además, para muchas familias pobres, el cierre de las escuelas debido al confinamiento ha supuesto mayores gastos para la alimentación de sus hijos. De hecho, según el Programa Mundial de Alimentos, más de 320 millones de niños de todo el mundo se están perdiendo las comidas escolares debido al cierre de las escuelas a causa de la COVID-19. Muchos de estos niños provienen de familias pobres y dependen de las comidas diarias que reciben en la escuela.


A menos que se atienda a las familias más pobres y vulnerables, se les sensibilice al respecto y se les proporcionen los medios para sobrevivir, serán las primeras víctimas de la pandemia y también el vector de propagación. Es una prioridad que deben abordar los responsables políticos y las organizaciones humanitarias.


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